jueves, 21 de septiembre de 2017

Berrea, un año más en esta época.

Una año más y van... acudimos a la llamada de la berrea. Todos los años se repite, pero no siempre se ve y siente de la misma manera.

En esta ocasión he ido varias veces por la tarde-noche. Esta vez  con el "encargo" de ver como se presenta la berrea, para posteriormente ir con unas amistades. Ayer fui con una amiga, que se apunta en esta incursión de "reconocimiento" y con un hermano. También nos acompañó Gos, un braco húngaro o de Vizsla.
No tenía mucha esperanza de ver gran cosa y ello por el cúmulo de circunstancias: para Montse, que así se llama la amiga, era la primera vez que iba a la berrea y la Ley de Murphy podía estar más vigente que nunca y por el  cachorro de Gos.

¡Qué equivocado estaba!

Me recuerda a la vez que fuimos, de esto hace años, quince personas incluidas unos cuantas  niños y fue una de las veces que más y mejor vimos la berrea.

La pena es que las poquísimas fotos que saque fueron con el teléfono móvil. La cámara que llevaba, por mor de los duendes del bosque, se me quedó sin carga en las pilas. Las del frontal, al parecer, las tenía descargadas antes de andar.

La foto de abajo hubiera sido espectacular con la cámara. El ciervo con la hembra (está a la izquierda de la foto) en función de la escasa distancia (unos 50 metros) y además iluminado por el Sol, junto con los robles de fondo hubiera sido una foto muy bonita. 
Y rato que les estuvimos observando. Primeramente oyéndole berrear en duelo con otro paisano que se encontraba entre los robles. Para posteriormente verle todo gallardo con su pareja unos buenos momentos,.Los suficientes para darme cuenta que la cámara no tenía carga en las pilas tras encenderla y apagarla varias veces, decirle a Montse que se pusiera a mi altura para ver la pareja y por último sacar el teléfono y hacer unas fotos.


La compañía de hoy


A la derecha de la foto de arriba casi siempre encuentro una familia de jabalies. Me entretengo mirándo hasta que, poco a poco, desaparecen o ante un cambio de viento se enteran de mi presencia y se van.
Esta tarde pasó algo diferente y que es la primera vez que veo.
He tenido ocasión, por ejemplo, de estar con un amigo sentado en el monte y tener un jabalí a menos de 20 metros durante media hora. O bajar una noche por la Sierra de la Demanda y golpearnos en las piernas una familia de jabalies que asustadas y en su huida tropezaron con nosotros. También me he acercado en una campa a una hembra con su cría o el tenerles en frente en la misma trocha...

Lo que nunca me ha pasado ni visto es un ataque o amago de hacerlo. Salvo esta tarde.
El caso es que estamos observando un buen rato a la familia (Montse nunca había visto jabalies en libertad) hasta que alertados por nuestra presencia se marchan todos. Todos menos la jabalina más grande. Esta hace un amago de venir hacia nosotros (como una carga) y se da la vuelta. Cuando creemos que se va, da la vuelta y de nuevo hacia nosotros. Cuando la tenemos más cerca, por fin decide irse definitivamente.

La interpretación que hago de todo ello es la siguiente: nuestra presencia, como tantas otras veces no supone ningún peligro para la familia. De hecho las dos ocasiones anteriores, nos hemos visto y cada cual por su camino.
En esta ocasión la cuestión está en Gos. Le teníamos atado con la correa y era uno más. Pero con un olor diferente. Gos huele a lo que es, a perro. Y creo que ese olor fue detectado por la jabalina y quiso prevenir un hipotético ataque perruno a su familia. Cuando huele y ve que además del perro hay humanos, prudentemente decide (nada se lo impide) abandonar el lugar siguiendo a su prole.


La foto de la jabalina, sin enterarse de nuestra presencia.


Esta foto, triste es ante su baja  calidad explicar lo que se ve, es la de un bareto. 

 Protagonistas de la berrea

Esto es lo que ha dado esta tarde. Me alegro por la amiga Montse el que haya podido ver ciervos y ciervas (además del bareto) en la berrea. Así como el oír a los protagonistas. Y si a esto le añadimos la familia de jabalies y su conducta se puede dar por bien empleda la excursión.