sábado, 28 de abril de 2012

Fototrampeo: gato montés (Felis silvestris).

El amigo Fernando me acaba de enviar estas imágenes que ha recogido de las diversas cámaras de fototrampeo que se encuentran colocadas en el campo.
La mejora de las cámaras, comparada con las anteriores, unido a sus acertadas colocaciones hace que se puedan ver imágenes realmente bellas.

Como la de esta corza (Capreolus capreolus) frente a la cámara .

corzaenlanieve

Aquí con nieve y bosque.

corza

O la de este macho con la cuerna formándose.

corzo

Buena alegría la que se llevó Fernando cuando apareció este gato montés (Felis Silvestris). Coincidimos que no es doméstico. Las razones son varias: el lugar donde se realizan las tomas se encuentra muy, pero que muy apartado no solo de cualquier núcleo de población sino también de viviendas individuales. En muchos kilómetros a la redonda no hay nada. Siendo por otro lado un hábitat apropiado para esta especie. La descripción de las fotos, corresponde con un montés, la cola entendemos que es significativa, la foto que se ve de espaldas se observa que es gruesa, roma, peluda y anillada en negro (se observan entre 3 y 4 anillos) así como su terminación del mismo color.

sgat3

Aquí se puede observar mejor la cola.

sgat6

La morfología y color del pelaje es típico del gato montes.

sgat7

Una prueba sería mirar la capacidad craneal: si la longitud del cráneo medida en milímetros la dividimos por la capacidad del cráneo (esta en centímetros cúbicos) y nos da un valor menor de 2´7, sería gato montés. Es decir este gato tiene mayor capacidad craneana que los domésticos.

sgat4

¿Por cierto, es gato o gata? y...¿si está preñada?.

Felis silvestris que es un adelanto de lo que se avecina para esta primavera-principios de verano. Pero esta incertidumbre la mantenemos, de momento, en las soledades de estos bosques que de manera tan profunda conoce el amigo Fernando.

jueves, 26 de abril de 2012

Cazadores y protectores de la Naturaleza: Felix Rodriguez de la Fuente. Parte III.


Si preguntáramos por estos lares quién fue Felix Rodriguez de la Fuente, seguro que la respuesta sería univoca: un defensor de la naturaleza, de los animales que a través de sus libros y programas radiofónicos y televisivos dio a conocer a la sociedad española la riqueza natural de la Península, así como el amor y respeto hacia ella.
Felix Rodriguez de la Fuente, "el amigo de los animales", marcó un antes y un después en la defensa de la fauna y creó conciencia de ello en millones de personas que veían y leian sus programas y libros.
Sin embargo poca gente conoce que Felix Rodriguez de la Fuente era cazador. Así como lo que pensaba de la caza y la defensa de la misma.

"Los pajarillos que cogíamos en nuestras andanzas -y por Dios, que no nos imite ningún niño actual- estaban destinados a sazonadas fritangas". Esta cita recogida de él en libro de Benigno Varillas "Felix Rodriguez de la Fuente. Su vida, mensaje de futuro" (La Esfera Biografías 2010), alude a la temprana infancia de Felix como cazador en una época pasada en la que los niños de los pueblos se acercaban a la observación de la naturaleza por medio de la captura de aves.

Pero el aspecto de cazador de Felix venía no de la alegal o prohibida captura de avecillas, sino a través de la cetrería. Actividad cuyo estudio le llevó desde la época de bachiller hasta terminar la carrera de medicina.

Photobucket

Una modalidad de caza que en la península estaba desapareciendo. Felix, y otros, se encargaron de leer y estudiar antiguos tratados medievales para la recuperación de esta modalidad de caza. Así como diversos viajes, al Sahara por ejemplo, para aprender y recuperar técnicas de cetrería.

La pugna que tuvo en esta modalidad de caza con la legalidad establecida es de sobra conocida: las rapaces eran consideradas alimañas y no era bien vista esta actividad por quienes impartían el orden. Por otro lado, se debía de cazar con la rapaces en época de veda, cuando las aves cazables eran mejor presa de las rapaces, surgiendo por esto un nuevo conflicto.
Son numerosas la cartas enviadas a diversos estamentos en defensa de las rapaces y para la utilización de las mismas en cetrería.
Fueron varios los libros de cetrería escritos por Felix y es en los diversos programas televisivos del "Hombre y la Tierra" donde se puede ver estas prácticas de cetrería.
Además, en la mayoría de las escenas de rapaces, casi todas troqueladas y con nombre propio, las capturas que hacen estas son mediante las técnicas de caza de cetrería.

Felix escribió varios libros y prologó otros. Un libro prologado por Felix Rodriguez de la Fuente, fue la "Enciclopedia de la Caza", Editorial Vergara 1967.
Cuyo prólogo integro le pongo a continuación, así como unas fotos que he sacado del mismo a la Enciclopedia. 

Photobucket

El aspecto "científico" del prólogo, entiendo que no es lo importante. Si acaso criticable esa especie de evolucionismo-creacionismo que se infiere de su lectura.
Entiendo que lo relevante, los primeros y últimos párrafos, es el ver como su autor, sencillamente se define como cazador y defiende esta actividad como compatible con la defensa de la naturaleza.

Photobucket

“Cuando un naturalista que dedica la vida al estudio y protección de la naturaleza toma la pluma para prologar una enciclopedia de caza, necesariamente ha de hacerse una pregunta. ¿Es justo que el zoólogo, el proteccionista, el amigo de los animales, abra las páginas de un libro que, de manera tan rigurosa como atractiva, describe las técnicas de la persecución, el acoso y la muerte de las criaturas salvajes?

El naturalista, con toda sinceridad, no tiene mas remedio que responderse a sí mismo afirmativamente: puede y debe introducir al lector en las artes venatorias. Primero, porqué él mismo llegó a conocer y a querer a los animales siguiendo las venturosas sendas del cazador. Y, sobre todo, porqué la caza, lo que los científicos llaman la predación, ha venido constituyendo el resorte supremo de la vida desde que ésta apareció sobre nuestro planeta. Porque el cazador, si mata siguiendo las rígidas e inmutables leyes que ha impuesto la naturaleza a la gran estirpe de los predatores, regula, con su acción, y dirige, al mismo tiempo, el complejísimo concierto de las especies: el equilibrio entre los vivos y los muertos.



Photobucket

Al hombre que escala penosamente una empinada ladera para ganarle la mano a las perdices; al que soporta el cierzo, calado hasta los huesos, en una espera a los patos; al que siente en las sienes la música monorrítmica de la sangre cuando un venado galopa hacia su puesto, rompiendo el monte; al hombre que, olvidado de su condición de artesano, de intelectual, de financiero o de político se sume de pronto en la eterna e inmutable tensión del cazador ante la presa; concretamente, al predator humano, querría yo exponer con toda objetividad y, también con toda la cordialidad, el porqué de su incontenible pasión hacia el arte venatorio. Y querría, también recordarle las reglas estrictas que, desde el principio de los tiempos, han venido respetando todos los cazadores, desde el tiburón al águila, desde la mantis religiosa al tigre. Reglas cuya transgresión transforma al predator en hediondo necrófago, al noble cazador en despreciable matarife.

No hace mucho tiempo que, a través de los ojos y las cámaras de los astronautas que circunvalaron la Luna, hemos visto a nuestro propio planeta flotando, solitario, en el frío, negro y silencioso espacio sideral. La tierra aparecía como envuelta en una neblina de luz iridiscente y verdosa, increíblemente bella. En realidad, la aureola de la tierra está formada por su atmósfera y los dominantes verdes proviene de los océano. De tal manera que, en justicia, nuestro planeta debería llamarse mar, ya que el mar y la humedad atmosférica le proporcionan su personalidad cósmica y permitieron que, en un alba remota, naciera la Vida en el seno de las aguas.

Photobucket

La vida en sus formas más primarias, debió de estar representada por microorganismos capaces de asimilar las sales minerales disueltas en el mar, el oxígeno y el anhídrido carbónico, transformando estos elementos en materia orgánica. De la Luz solar recibieron aquellos primitivos vegetales la milagrosa energía que pusiera en marcha tan complejo y decisivo proceso. Han pasado cientos de millones de años y las plantas siguen guardando celosamente el secreto de la fotosíntesis. El mundo vegetal es único y verdadero laboratorio donde lo inorgánico se transforma en orgánico; lo inerte en vivo. Y todos los demás habitantes de esta gigantesca nave de roca y agua que navega por el espacio, no hacemos más que aprovecharnos indirectamente de la luz solar transformada en vida por los tejidos de las plantas.

La fantástica diversificación y complefijicación de los vegetales, que acertaron a abandonar el mar germinal para afianzarse sobre la tierra firme en el más aventurado y fabuloso de los desembarcos que haya tenido lugar en nuestra historia cósmica,fue cubriendo de llanuras los suculentos pastos y las montañas de frondosos bosques. Las hojas, las flores, los frutos y las semillas pusieron música en las alas de la brisa, perfumando el ambiente e hicieron posible la supervivencia de todo un ejército de animales fitófagos que, tras de las plantas, habían, abandonado también los océanos ancestrales.

Pero, capaces de desplazarse para devorar con más facilidad a los estáticos vegetales, los insaciables vegetarianos -dotados de una alta capacidad reproductora- hubieran acabado con todas las plantas del planeta, acarreando así su propia ruina, si casi al mismo tiempo que ellos no hubieran irrumpido en la escena de la Vida los temibles predatores. Porque incapacitados para digerir y asimilar las plantas, los carnívoros se han venido limitando a capturar y matar a los vegetarianos, con objeto de apropiarse las energías atesoradas en sus cuerpos. De este modo se han transformado, desde el principio de los tiempos, en los más fieles guardianes del estrato vegetal, al controlar la incesante multiplicación de los destructores de hojas, frutos, semillas, raíces y madera.

El duelo repetido y cada día renovado entre carnívoro y el herbívoro, cazador y presa, ha ido fortaleciendo, afinando, tallando el cuerpo y el instinto de los eternos antagonistas. La competición comienza por la sutileza de los sentidos: es preciso ver sin ser visto, oír sin ser detectado por el enemigo; olfatear sin alarmar con los efluvios propios al adversario. Y, a medida que la la especie predatora se ha ido haciendo más rápida, más resistente, más capacitada para el vuelo, para la natación para el salto, la especie presa ha alargado también sus extremidades, ha fortalecido sus alas, perfilado sus aletas o vigorizado sus músculos. El incesante juego de las mutaciones y la selección natural ha conducido al carnívoro y al herbívoro al asombroso grado de potencia, agilidad y destreza con que hoy nos maravillan el leopardo y la gacela, por no citar otras obras maestras de la Creación.

La mecánica de esta selección resulta fácil de explicar. Porque quien haya observado a los animales cazadores, se habrá dado pronto cuenta que están naturalmente inclinados a la persecución y la captura de los individuos más débiles entre la población de sus habituales presas. Simplemente, se limitan a seguir la ley del mínimo esfuerzo o del ahorro de energías. Y tras largos años de experiencia con halcones peregrinos, quizá los cazadores más dotados de todo el mundo, he podido comprobar que tales aves son capaces de detectar los más mínimos síntomas de debilidad o anormalidad en sus piezas habituales. Si en una bandada de veinte palomas hay una a la que se han arrancado dos plumas de las alas, el halcón lo percibe inmediatamente y le da caza con toda tenacidad, sin dejarse distraer por el resto del grupo. Un bando d estorninos al que habíamos teñido el plumaje de blanco a un individuo, atraía éste irresistiblemente el ataque del halcón, que intuye en esta variación del color un signo de debilidad. Y de este modo, por los siglos de los siglos, en el fondo de los mares, en lo más profundo de los bosques o en campo abierto, los predatores han ido eliminado a los enfermos, a los deformes, a los tarados. Solo los más aptos han podido sobrevivir par legar a sus descendientes las latas capacidades adquiridas en sus mutaciones.

Por consiguiente, el predator no sólo es el guardián de los pastos y de los frutos, al evitar la excesiva proliferación de los fitófagos, sino que también actúa como un verdadero forjador, como una formidable fuerza selectora que, implacablemente, va mejorando las condiciones anatómicas, fisológicas, y psiquicas de todas sus presas.Pero el propio cazador a de adaptarse también, incesantemente, a las depuradas cualidades conquistadas por el vegetariano, porque todos los predatores mal dotados, incapaces de mantener su "plena forma" en esta fascinante y trágica carrera de perfeccionamiento, son incapaces de cazar habitualmente, se debilitan más y acaban desapareciendo como individuos o como especies en el concierto de la vida.

Al margen de la grandiosa competición entre los vivos y los muertos, esencia y origen de toda la belleza y perfección de las criaturas salvajes, están los llamados carroñeros o necrófagos -como los buitres y las hienas- , que, arrinconados en la más abyecta de las parcela vitales, tiene que limitarse a comer los cadáveres de los predatores o las piltrafas que , saciados, abandonan en sus festines. Compartiendo las angustias de la presa con las venturas del cazador, los omnívoros hemos sufrido sobre nuestra propia carne y sobre nuestro espíritu, quizás más que ningún otro grupo de seres vivientes, la inexorable poda de la selección natural.

Rifle al brazo el orgulloso cazador de nuestro tiempo puede sentirse dueño y señor de la creación. Pero me gustaría recordarle que sus remotos antepasados fueron presa habitual de más poderosos carnívoros , en la larga y lejana noche de la prehistoria.

Los modernos antropólogos a nuestros más primitivos antepasados, identificables por su restos fósiles, como unos primates verticales, de fuerte organización social, armados de huesos de antílope afilados como puñales y de pesadas mazas de piedra.

Photobucket

¿Qué fuerza impulsó a aquellos remotos homínidos, mucho más frágiles y pequeños que nosotros mismos -de unos 35 a 40 kgs. de peso, según averiguaciones de los anatomistas- a iniciarse en el manejo de las armas y asociarse estrecha y jerárquicamente? Seguramente , la predopresión , el acoso secular de los predadores específicos: leones, leopardos y tigres. No había más que dos soluciones: retornar al bosque ancestral o enfrentarse a las fieras. Hay primatólogos que opinan que ciertos antropoides, como el chimpancé, tuvieron una corta experiencia terrícola; pero no pudieron soportar la presión de las fieras . La selva se los tragó nuevamente y en el espeso follaje de la inteligencia recibe escasos estímulos para desarrollarse.

Los primitivos homínidos tenían el cerebro pequeño d_de 500 a 700 cm3 en los australopitécidos , descritos por Dart- pero sus manos ya hábiles, manejaban útiles agresores y defensivos. Y todo parece indicar que la bipedestación -que proporciona una actividad más adecuada para la defensa en tierra- y la habilidad manual, fueron previas al desarrollo del cerebro y lo favorecieron en gran manera. Resulta, por lo tanto, muy verosímil, la hipótesis que los primitivos homínidos aprendieron a vivir en apretados grupos sociales y a manejar armas precisamente para defenderse del ataque constante de los carnívoros, como hoy hacen ciertos simios terrícolas -papiones y hamadridas- valiéndose de su hermética organización social y sus afilados caninos.

Nuestra condición de especie-presa, cuando emprendimos la conquista de la tierra firme, nos favoreció con la constante persecución a que nos sometían nuestros enemigos, que ya no podíamos burlar trepando a las ramas de los lejanos árboles. La característica agresiva humana, la especialización de nuestra Familia en el uso y fabricación de armas, el cooperativismo, el espíritu de equipo, se fueron desarrollando en nuestros más remotos tatarabuelos para ponerles a salvo del acoso de las terribles fieras.

Pero los agudos cuchillos de hueso de la cultura prelítica, que en el alba de la prehistoría nos salvaron del exterminio entre las garras del felino, de medios defensivos se transformaron pronto en eficaces armas para el ataque. Los bulbos, las raíces, las semillas y los frutos que habían constituido la base de nuestra alimentación ancestral, como se desprende del análisis de nuestra dentadura, fueron dando paso a la dieta carnea. Para una orda vagabunda de primates bien armados, era mucho más ventajosa abatir una gacela y devorar sus músculos que deambular largamente ala recolección de los esparcidos vegetales. El carnívoro emplea mucho menos tiempo que el fitófago en comer y en digerir. Al pasarnos espontáneamente al bando de los cazadores, al abandonar la aterrorizada tropa de los cazados, conquistamos un tesoro de valor incalculable: el tiempo. Ya no era preciso vagar constantemente por las estepas y sabanas en busca de semilla. Se podía cazar, mata, comer de prisa y digerir sin laboriosos procesos.

Nuestra historia de cazadores es ya conocida por todos. En el glorioso Magdaleniense, nuestros antepasados de anteayer, por decirlo así -hace apenas doce mil años-, llegaron a la cumbre de la cultura llamada de los cazadores superiores. Todo el hemisferio norte, transformado por los fríos del cuaternario en inmensas tundras y taigas, se vio sacudido por las orgullosas hordas de los cazadores del Cromagnon, que abatían el mamut, el bisonte, el uro, el reno, el ciervo y el caballo salvaje. Armados ya de trabajadísimos venablos, aros y lanzas, vestidos con confortables trajes de pieles, dotados del alto espíritu artístico que les llevó a decorar los techos y paredes de sus cavernas con la más perfecta pintura animalista que haya realizado el hombre, los cazadores del Magdaleniense, con un aspecto físico y una capacidad craneal idéntica a la nuestra, habían conquistado ya la antorcha del progreso. Pero el viaje fue muy largo, porque los diminutos australopitecidos sudafricanos balbucian en el lenguaje de la caza, participaban por derecho propio en el concierto de los vivos y los muertos, hace casi dos millones de años.


Photobucket

Por ello, compañero cazador que, olvidado de tu condición de artesano, de intelectual, de financiero o de político, te sumerges de pronto en la eterna y inmutable tensión del predator ante la presa, piensa que la naturaleza a impuesto reglas muy severas a cuantos nos hallamos en la cúpula de la pirámide de la Vida. No mates, caza. Porqué no es lo mismo matar que cazar. La persecución, el acoso y la muerte de la pieza, siempre han exigido del cazador esfuerzo físico y agudeza mental. Y en cuanto al ejercicio de la caza contribuya a desarrollar tus músculos y afinar tus sentidos, será para ti una actividad noble y deportiva, regida por la eterna ética biológica. Una sola pieza que te exija una tarde entera de persecución, una penosa espera desafiando al cierzo o un laborioso cálculo de estrategia cinegética, representara más alta conquista y mas provechosa dedicación que cien infelices animales derribados con comodidad y sin fatigas. Porqué no es la cantidad de capturas lo que forma y ennoblece al cazador, sino la calidad de las mismas.

En panorámica quizá demasiado rápida, hemos visto que la especie-presa ha sabido adaptarse a la presión de la especie-predator. Y una de las conquistas más decisivas en la adaptación ha sido el aumento de su capacidad reproductora. Los conejos, las perdices, los patos salvajes, reponen fácilmente las bajas que los cazadores han causado en sus efectivos. Hoy podemos controlar perfectamente las poblaciones de estos animales e incluso las de venados, cabras montesas o jabalíes. Pero hay un buen número de especies ibéricas que, incapaces de soportar la agresión humana, porque nunca han militado entre los cazados, sino entre los cazadores, están al borde mismo del exterminio: son los linces, las grandes rapaces, los osos... En el fondo, estos nobles animales son tus camaradas, los que han venido haciendo, desde el principio de los tiempos, lo mismo que tu haces hoy, escopeta al brazo. Respeta a las criaturas protegidas por la ley, no contribuyas con tus disparos a precipitar la desaparición de una especie entera en la lista de los vivos. Porqué todas cuantas criaturas poblamos el planeta hemos salido de las manos del creador y dependemos de su eterna providencia. ¿ Va a ser precisamente el Homo Sapiens, el más favorecido por el Sumo Hacedor, quién se atreva a enmendar la plana de su Obra?


Dr. Félix Rodríguez de la Fuente".


A F. Rodriguez de la Fuente se le pueden criticar o cuestionar diversas acciones, por ejemplo su carácter egocéntrico, su medios y formas a la hora de grabar escenas, sus carencias científicas (se llegó a autodefinir como un "divulgador"), el haber estado realizando su trabajo próximo  al Régimen, etc.

Sin embargo, en esas críticas no se le reprocha que sea un defensor de la Naturaleza. Todos están de acuerdo con ello y con la divulgación y concienciación que de la defensa de la Naturaleza hace. Incluidas las incipientes asociaciones naturalistas y ecologistas del final de la dictadura.

Photobucket

Una persona crítica con Felix Rodriguez de la Fuente es Fernando Rodriguez Jimenez. Subdirector de la serie "El hombre y la Tierra", mano derecha de Felix en la elaboración de la serie y hombre que estuvo en las filmaciones al pie del cañón en el campo debido a sus profundos conocimientos de la Naturaleza.

Fernando Rodriguez publicó en el 2006 "Así se hizo el hombre y la Tierra", Naturaventur. En esta obra, interesante donde las haya, como dice el título se describe como se elaboró esta serie. Se explican cuestiones desconocidas para el gran público y cuando toca, a juicio de su autor, critica sin compasión a Felix Rodriguez de la Fuente.
Pues bien, de toda la lectura de este libro valiente, no he visto crítica ni reprocha alguno a dos de las facetas más importantes de Felix Rodriguez de la Fuente: cazador y defensor de la naturaleza.
En definitiva, un hombre que le conoce perfectamente y ha trabajado para él, que elabora un libró crítico, sin embargo no existe el más mínimo reproche a la actividad cazadora de Felix Rodriguez de la Fuente.

Otro que conocía a F. Rodriguez de la Fuente y también trabajó para él era Aurelio Perez. Aurelio sale en varios capítulos del "Hombre y la Tierra". Su libro "Aurelio Perez el Naturalista" cuya lectura es un placer, en lo tocante a la figura de Felix Rodriguez de la Fuente es carente de crítica. Aurelio se reconoce no cazador pero no critica la actividad desarrollada por Felix.

Bueno Aurelio no se reconoce como cazador de escopeta, pero y ¿con las rapaces, qué era?.

Felix estuvo en diversas asociaciones y fue fundador de otras.
Dos palabras repecto a la WWF (ADENA). En la obra arriba citada de Benigno Varillas se describe perfectamente la génesis en España de esta asociación. En el acta de constitución de 30 de julio de 1968 de ADENA (en la Dictadura había que castellanizar todo) los miembros firmantes por este orden son: Don Juan Carlos de Borbón, Valverde, Llanza, De Prado, Rodriguez de la Fuente, Foxa, Palleja, Bernis, Urquijo, Codorniu, Vicuña y Goening.

Así, a bote pronto, cuento a varios cazadores: Felix Rodriguez de la Fuente, Foxa, Palleja (en esta época lo era), Alfonso Urquijo, siendo además el secretario Ramón de Madariaga.
Todos ellos cazadores, algunos de ellos por diversos continentes, con puestos en estamentos relacionados con la caza, Federaciones y autores de libros cinegéticos.
Como anécdota la WWF (ADENA) en España la asamblea fundacional y la firma del acta se realizó en la finca de la Jarilla, a la sazón propiedad del cazador Urquijo.

domingo, 22 de abril de 2012

Cazadores y protectores de la Naturaleza: Aldo Leopold. Parte II.

En 1993 se publicó el libro "The Environmentalist´s Booksshelf". Esta obra recoge una lista de los 500 libros más influyentes en el ecologismo y medio ambiente y se redactó sobre las respuestas al cuestionario enviado a más de 236 expertos en estas materias.
El autor envió el temario a más de 200 líderes ambientales de todo el mundo: científicos, activistas, educadores, incluyendo representantes de 150 grupos ecologistas y editores de 15 revistas ambientales. En base a las respuesta recibidas dividió el autor el libro en cuatro partes: "Los 40 mejores libros", "100 libros básicos", "250 libros recomendados encarecidamente" y otros libros recomendados (150).
En definitiva un vademecum de la bibliografía medioambiental en la que se analiza la obra y biografía de los nombrados.

En el número uno de la lista, el más citado en los cuestionarios enviados, figura la obra de Aldo Leopold "A Sand County Almanac", escrito en 1949.

El segundo puesto lo ocupa "La primavera silenciosa" de Rachel Carson. También aparece , por ejemplo, "Waden" de Henry Thoreau  en el quinto o "Gaia" de J.E, Lovelock en el puesto veintidos.

Photobucket

"El libro de Leopold A Sand County Almanac ("Almanaque del Condado Arenoso") ha sido leído por millones de personas pues ha difundido la ecología como ciencia. Al mismo tiempo, tanto el trabajo de la Wilderness Society como el de Leopold han sido importantes precursores del movimiento ambientalista que se unió en un esfuerzo conjunto para el primer Día de la Tierra. Por cierto pongo este post el día 22 de abril, día de la Tierra.

Publicado en 1949, un tiempo después de la muerte de Leopold, A Sand County Almanac es una combinación de historia natural, paisajes descritos con palabras y filosofía. Es quizás más conocido por la siguiente frase, que definiría la ética de la Tierra: Una cosa está bien mientras tiende a preservar la integridad, estabilidad y la belleza de la comunidad biótica. Está mala, si tiende a hacer lo contrario.
En La Ética de la Tierra, un capítulo de A Sand County Almanac, Leopold profundiza en la conservación en la sección La Consciencia Ecológica. Escribió: La conservación es un estado de armonía entre el hombre y la tierra. Leopold sentía que se necesitaba una educación de la conservación más fuerte, sin embargo la cantidad y la calidad estaban en debate.
Al parecer de Leopold, el plan de estudios existente hasta entonces (fines de 1940) se resumía en: obedezca la ley, vote, únase a alguna organización y practique todo lo que pueda la conservación en su propio terreno: el gobierno hará el resto. Leopold era crítico con este tipo de fórmulas. Para él, eran exclusivamente utilitarias y no abordaban cuestiones éticas relevantes. Esto lo hizo llegar a la conclusión de que las obligaciones no significan nada sin conciencia, y el problema central era extender la conciencia social desde las personas hacia la tierra. Al tiempo que escribía, estaba seguro de que, sin beneficios de la filosofía y la religión, la conservación estaba condenada a ser un esfuerzo mínimo por la lucha contra el daño a la naturaleza.

 photo 2015-09-08 18.09.48_zps9pu4i1w4.jpg

Con la esperanza de abordar cuestiones éticas y de enfrentar desafíos educacionales, Leopold presentó un ejemplo de la cuestión con la experiencia de la capa superficial de suelo de Wisconsin que se movía lentamente hacia el mar. En 1933 se ofreció asistencia técnica durante 5 años a los agricultores que adoptaran prácticas correctivas, lo que obtuvo una gran aceptación de parte de la gente. Una vez el período de 5 años se completó, los agricultores continuaron sólo con aquellas prácticas que les resultaban económicamente rentables, dejando de lado las prácticas que eran de provecho comunitario. Como respuesta, la Legislatura de Wisconsin, aprobó la Ley de Conservación de Suelos del Distrito en 1937 que permitió a los agricultores regular por ellos mismos el uso de sus tierras. Aún con los incentivos adicionales de consejería técnica gratuita y la disponibilidad de préstamos para la compra de maquinaria especializada, las reglas que beneficiarían a la comunidad continuaron siendo ignoradas". (Wikipedía).

"Aldo Leopold, Aldo Leopold (n. 11 de enrode 1887 - f. 21 de abril de 1948) fue un silvicultor, ecólogo y ambientalista. Influyó en el desarrollo de la ética ambiental y el movimiento por la preservación de la naturaleza salvaje. Leopold es considerado como el padre de la gestión de la vida silvestre en Estados Unidos y fue pescador y cazador. Murió en 1948 de un ataque al corazón, mientras luchaba contra el fuego en una granja vecina". (Wikipedia)

Sí efectivamente fue cazador y pescador durante toda su vida. Con los faisanes parece que tenía cierta debilidad y son numerosas las imágenes en que se le ve con perros de caza y hasta cazando con ¡arco y flechas!.
Photobucket

Photobucket

Este año 2012 se va a estrenar la película Green fire, un documental producido por U.S. Forest Service y la Fundatión Aldo Leopold y el Center for Humans and Nature, en el trailer de este documental se ven imágenes de su dilatada vida cazadora.

Photobucket

Resulta significativo que el primer libro de los 500 más influyentes sobre ecología y medio ambiente, en el que además de defender la naturaleza nos habla de la ética con la misma, sea el de un cazador.

"Es inconcebible que una relación ética con la tierra pueda existir sin amor, respeto y admiración". (Aldo Leopold).

Examinar cada cuestión en términos de lo que es ética y estéticamente correcto, así como lo que es económicamente conveniente. Una cosa es correcta cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es incorrecto cuando tiende de otra manera. " The Land Ethic.

miércoles, 18 de abril de 2012

Cazadores y protectores de la Naturaleza: Theodor Roselvet. Parte I.

Photobucket

Antes de la llegada del hombre europeo al continente americano, se estima que la población de bisontes americanos (Bison bison) era de 60 a 100 millones de individuos. Habitando en el centro de América se desplazaban al norte en consonancia con el ritmo de las estaciones. El bisonte era una pieza clave en la ecología de las praderas, tanto desde el punto de vista botánico como ser una especie en la cadena alimenticia de depredadores y carroñeros.
También los indígenas de las praderas en su doble vertiente de cazadores-recolectores formaban parte de su vida.

Llegó el hombre europeo con su cultura tecnificada y supuso el ocaso de la especie. El bisonte competía con el ganado y la agricultura que se estaba implantando a pasos agigantados, el bisonte sobraba. Conocida es el hecho de sus matanzas por el ejercito americano y el divertimento de dispararles desde los trenes, donde las compañías ferroviarias ponían a disposición de los pasajeros rifles y munición. Produciéndose matanzas indiscriminadas que supuso casi la extinción de la especie.

Fue en 1875 cuando el zoólogo Willian Hornadat abanderó las primeras voces de protesta contra el ocaso de los bisontes. Manifestó que de seguirse son la matanza en un par de décadas la extinción sería inevitable. A finales del s.XIX y principios del s. XX se censaban poco más de 500 ejemplares repartidos en zoológicos y colecciones particulares. De manera privada se crea en 1905 la American Bison Society. Esta sociedad y otras lideraron un movimiento ciudadano que contribuyo, también, a la creación de Parque Nacionales. En relación con el Bisonte se introdujo una manada de 21 ejemplares en Yellowstone. Simultaneamente se fueron creando reservas públicas y privadas y ya, en la actualidad se ha llegado a más de 350.000 individuos.

De esta asociación conservacionista de la naturaleza, la American Bison Society fue fue presidente de honor el presidente de USA Theodor Roosevelt.

Rooselvet creo el Servicio Forestal de los Estados Unidos y dejó en su haber 150 Bosques Nacionales, 51 refugios naturales de vida salvaje de aves, 18 monumentos nacionales y 5 Parques Nacionales.

Photobucket

Rooselvet fue íntimo amigo de Jhon Muir y es muy conocida la cabalgata de 4 días en Yosemite donde ambos sintonizaron y de donde surgieron las bases de creación de lo anteriormente citado.
Tal fue la defensa por la Naturaleza de este presidente que fijó en los idearios de la política que practicaba su defensa. Su labor es bien conocida habiendo un antes y un después. Y su reconocimiento también: no solo por la presidencia de diversas asociaciones de defensa de la naturaleza, sino también por el reconocimiento de la comunidad científica a la labor efectuada. Diversas especies de animales llevan el nombre de Rooselvet, ríos, y Parques Nacionales.
Además fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, si bien en su ideario político surgen, como en todos los políticos, dudas y sombras.
También se dice que cuando se casó hizo el viaje de novios a Europa y en concreto, estando en Suiza escaló el Cervino. Foto de ello no hay, luego no foto no cima, por mucho que se sacase una de estudio una vez terminada la escalada.

Photobucket

Pues bien este hombre, fuera de toda sospecha de defensa de la Naturaleza, fue... cazador.
Hizo safaris por África y cazó lo indecible en su país y en Sudamérica.
Conocida es la historia del oso Tedy y del posterior muñeco, oso de peluche. Osos, como juguete de niños, que antropológicamente no se ha dado, hasta el incidente-perdón del oso por parte de Tedy Rooselvet.
Un cazador y  protector de la naturaleza, que en los tiempos actuales parece que no se quiere reconocer.

Photobucket

Protección y caza no son incompatibles.

miércoles, 11 de abril de 2012

El engaño de la orquídea.

Tendemos a considerar que lo extraordinario y maravilloso en la naturaleza solo se da en otras regiones más lejanas y exóticas. Afortunadamente esto no siempre es así. Si bien no nos encontramos en la selva del Amazonas, la península Ibérica se puede considerar muy afortunada en la variedad botánica que presenta, así se comenta que solo en la comunidad autónoma de Madrid su variedad es superior a la de Alemania.

Por ello no es de extrañar que en una vuelta realizada este martes, nuevamente en Urdaibai, en una de sus incontables campas observé como una orquídea engañaba a un abejorro. Y conviene recordar que las orquídeas por estos lares se pueden observar, además de en una floristería, en el campo.

Esta es la pareja en cuestión: una orquídea Orchis mascula y un himenóptero del genero Bombus (un abejorro).



La orquídea macho, traducción de su denominación científica, también tiene el nombre común de "sangre de Cristo". Esta planta tiene una distribución desde el norte de Europa hasta el sur de España, siendo su habitat natural los bosque claros y en especial los prados. Siendo su floración precisamente ahora, en marzo-abril.



Las orquídeas a la hora de polinizarse utiliza diversos métodos basados en artimañas o engaños. Considerando que en la polinización interviene un animal, y en concreto los insectos, serán estos los engañados.
La cuestión es sencilla, se trata de llevar el polen desde los estambres a los estigmas pero para ello se requiere la colaboración de un insecto. Por regla general, las plantas premian al insecto dándole de comer néctar.
Pero que pasa cuando las plantas, en este caso las orquideas no aportan polen, ¿como atraen al insecto?.
Para ello utilizan diversas estratagemas:
- Simular la orquídea un nido de abeja.
- Imitar a insectos: no solo en la forma exterior de los mismos, sino también en los olores de las hembras. Suelen ser imitaciones de abejas.
La duda que me surge, y todavía no he oído ni leído una contestación plausible, es ¿como un vegetal puede imitar la forma de un animal?. Es decir, como sabe la orquídea como es una abeja para luego poder imitarla.



En el caso que nos trae el engaño consiste en simular la orquídea que tiene néctar.

Hay plantas con espolones que tiene néctar, así los insectos acuden atraídos por dicha estructura . ¡Solo que en esta orquídea el espolón no tiene néctar!. Cuando el insecto se quiere dar cuenta ya es tarde, ya se encuentra impregnado de polen. Para reforzar más el engaño, la orquídea presenta puntos o manchas en los labelos que marcan el camino a seguir hacia dentro del espolón, donde presumiblemente se encontraría el néctar (en las fotos se aprecian esa manchas o puntos). Por ejemplo, donde se aprecian bien estas marcas son en las conocidas digitales.



Así que el insecto a cometido su función, pero tendrá que seguir con  otras especies de plantas.

sábado, 7 de abril de 2012

Urdaibai: vuelta integral a la ría de Mundaka. Laida-Gernika-Mundaka. (Segunda parte).

Continuo con esta segunda parte (la primera aquí) de la ruta "Laida-Gernika-Mundaka". Aunque se realizó el recorrido en el mismo día, la primera parte la describimos hasta Arteaga, así dejamos su famoso castillo y continuamos dirección Zelaieta.

Una de las muchas imágenes que me gustaron en esta parte del camino, y continuo.



En la primera parte lo dejaba en el castillo de Arteaga, así que desde él se retoma.



Para a continuación pasar por delante del Urdaibai Bird Center.



Desde el barrio de Enderikas se ve Gernika y la marisma a a que se volverá a bajar y andar por ella entre carrizos.







Un colirrojo tizón en la lejanía.



Una mirada de donde se viene.



A partir de aquí se baja a la marisma y por una reciente pista, que une a la que estaba pararela al "Corte de la ría" nos irá acercando a Gernika.



En este tramo se anda entre carrizos (Phragmites communis). Refugio de diversas especies animales.



Un cormorán grande (Phalacrocorax carbo).



Ya estamos llegando a Gernika.



Es en este puente, el de Rentería, donde cruzamos para ir por la margen izquierda del río Oka a Mundaka.



Al del poco y casi dentro del casco urbano vemos la confluencia del tributario Golako, una maravilla de río que merece la pena su visita.



Por este tramo andamos, a lo igual que cuando entrábamos a Gernika, por el Canal o "corte de la ría". Una obra de ingeniería que canalizó rectilineamente los meandros del río Oka, ganándose de esta manera terrenos, polders o munas y evitando inundaciones.



Mucho se ha trabajado para que la cigüeña blanca crié en estos parajes...



La marisma. Se dice que son los lugares planetarios donde más riqueza ambiental existe.



Un tramo este el que nos lleva a Murueta muy alterado y aunque bonito algo monótono.



El Ereñozar en el otro lado.



Una de las maneras menos impactantes y más bonitas de conocer la reserva de Urdaibai, en su eje norte-sur, es a través del ferrocarril Bilbao a Bermeo.
Fue la familia Gandarias la que promovió a finales del siglo XIX la construcción de ferrocarril de vía estrecha que enlazaba Gernika con Bermeo y con la linea férrea Bilbao-Durango.



Desde Bilbao es una de las mejores maneras, cuando se acude sin prisas, de visitar este lugar. Desde la estación de Zugastieta, la más meridional de la Reserva, hasta Bermeo el paisaje está garantizado. Si a eso le unimos las múltiples estaciones y los lugares por donde se pasa, con buenos horarios además, hace que este medio de transporte sea de los más válidos para acceder a este lugar.



La vuelta, hasta Gernika la hice en el tren y pongo un par de fotos del paisaje. Se puede observar como cambió el tiempo.





Mirada hacia Murueta.



- ¿Qué tal?
- Aún no han picado.
- Creo que eso es lo de menos, porque en bonito lugar se encuentra.
- Que lo diga.



Desde un punto de vista paisajístico creo que esta margen es más bonita que la otra, además se anda todo el rato por la marisma, el Oka, arenales y la campiña atlántica como se verá.



La chimenea tiene 32 m de altura y pertenece a la restaurada Tejera de Murueta. Construida en 1892 con la finalidad de construir ladrillos y tejas. Se dice que fue la primera edificación realizada en esta zona en la revolución Industrial. Se conservan también los hornos.



Y el embarcadero.



Que maravilla de sendero.



Un breve tramo de carretera toca hacer para llegar a San Kristobal.



Al de poco se pasa por el Centro de la Biodiversidad de Euskadi, sito en la Torre Madariaga. La falta de tiempo me impidió su visita.



Dentro de las diversas comunidades de vegetación de esta Reserva, en esta ruta se ha pasado por:
- Litoral: arenales costeros. Los acantilados en este recorrido no se han visitado.
- Marisma: se puede decir que es lo más representativo del recorrido.
- Encinar cantábrico, la subida a Atxarre y las espectaculares vistas desde su cima.
- Repoblaciones de rápido crecimiento: aunque no sea lo más representativo de la ruta, algo se ha visto en la zona de Kortezubi.
- Campiña cantábrica: en esta parte del recorrido se aprecian buenos ejemplos.

La campiña visualmente es un mosaico que refleja la expotación ganadera y agrícola de la zona. Prados,huertas, árboles frutales, setos, algunos pequeños bosquetes y caseríos. Una imagen vale más que mil palabras.



Y esta fue la última foto de la cámara, me quedé sin pilas. Así que pongo las que saqué con el teléfono movil.
Un poco más de campiña.



Arenales de Sukarieta.



Botas llenas de polen, sin pisar un pinar.



Llegando a Mundaka.



Por una pasarela.



Fin del camino en la estación de Mundaka.



Creo, sin temor a equivocarme,  que este es uno de los recorrido más bonitos que se pueden realizar por el litoral bizkaino. Son 35 km muy llevaderos, que además, quién quiera los puede dividir en dos partes, considerando Gernika como mitad de trayecto.

En cualquier caso pongo nuevamente el track del recorrido y mapa.


http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?&id=2614709